Suiza invierte el 3 % de su PIB en investigación y desarrollo (I+D). Una tercera parte proviene del sector público, que suele mirar al ecosistema universitario. Aquí nacen investigaciones y empresas emergentes con relevancia en sectores como el farmacéutico, médico o financiero.
Suiza lleva años trabajando para posicionarse y mantenerse entre los países líderes en innovación y desarrollo. Los avances en sectores como el tecnológico estimulan la economía local y refuerzan la competitividad nacional. Y, detrás de estos avances, hay unos importantes niveles de inversión.
De acuerdo con Greater Geneva Bern area (GGBa), la agencia de promoción de inversiones para la región occidental, Suiza es uno de los países más activos en este campo de todo el mundo e invierte más del 3 % de su PIB en actividades de I+D. Esto supone un total de 23.000 millones de francos suizos, de los que unos 7.500 provienen del sector público.
A la hora de financiar la investigación y el desarrollo, muchas instituciones públicas dirigen su mirada hacia las universidades, ecosistemas académicos donde nacen numerosas empresas emergentes que tienen la capacidad de transformar sectores como el de la medicina, el farmacéutico o el financiero.
Inversión en start-ups: antes y después de su entrada al mercado
El gobierno federal de Suiza financia la promoción de la investigación y la innovación a través de Innosuisse (Agencia Suiza para la Promoción de la Innovación). Con sus diferentes programas, esta agencia apoya, promociona y acompaña a pequeñas y medianas empresas (pymes) y start-ups basadas en la ciencia antes, durante y después de lanzarse al mercado.
Los resultados de 2022 permiten entender el impacto de esta agencia en las nuevas iniciativas: el 80 % se mantiene en el tiempo, el 43 % de las innovaciones se lanza al mercado o dentro de una organización tres años después de la finalización del proyecto y el 58 % de las start-ups asesoradas ha solicitado o ha visto aprobadas sus patentes.
Uno de los grandes objetivos de esta agencia es llevar a la práctica el conocimiento que se genera en las universidades: el 54 % de las empresas emergentes que participan en programas de coaching se basan directamente en investigaciones nacidas en estos centros. Estas start-ups, señalan desde Innosuisse, contribuyen a la rápida transferencia de conocimientos y de experiencia y favorecen la creación de nuevos puestos de trabajo y de valor añadido.
Junto a Innosuisse, el Gobierno de Suiza favorece la investigación en i+D a través del National Science Foundation (SNSF). Esta institución promueve la investigación en todas las disciplinas científicas, desde la física hasta la medicina, pasando por la sociología. A finales de 2022, la SNSF financiaba 5.500 proyectos en los que participaban más de 20.000 investigadores, y a lo largo de su historia ha financiado también la actividad de numerosas start-ups nacidas en universidades.
Casos de éxito
De acuerdo con el estudio Contributions of Innosuisse and SNSF funding to the emergence and development of science-based start-ups, un alto porcentaje de las start-ups financiadas por Innosuisse y SNSF proceden de universidades y se orientan hacia objetivos científicos y tecnológicos. Estas hacen contribuciones en forma de innovaciones radicales y disruptivas y por lo general se orientan hacia un mercado global.
Existen multitud de ejemplos de start-ups suizas orientadas a sectores como los de tecnología farmacéutica, médica y financiera y apoyadas por fondos públicos. Uno lo encontramos en AlveoliX, un proyecto nacido con el objetivo de reproducir cómo funciona el pulmón dentro del cuerpo humano. Detrás está un grupo de investigadores ubicado en el Swiss Institute for Translational and Entrepreneurial Medicine, perteneciente a la Universidad de Bern, que busca desarrollar una tecnología con impacto positivo en la sociedad.
Cuando los investigadores tienen que desarrollar un fármaco o estudiar una enfermedad relacionada con los pulmones, explican, utilizan modelos basados en experimentos in vitro o en pruebas realizadas en animales. Muchas veces, estos ofrecen resultados limitados, lo que reduce las tasas de éxito.
Durante los últimos años, AlveoliX ha trabajado para recrear un pulmón en un chip. “Dentro del chip, simulamos el microambiente del pulmón, incluido el movimiento respiratorio. Esto nos permite crear un entorno que ayuda a las células que crecen dentro del dispositivo a mantener sus propiedades y a comportarse como lo hacen en el cuerpo humano”, explica Janick Stucki, co-CEO de la start-up.
“Con nuestra tecnología, el desarrollo de fármacos será más eficiente, seguro y personalizado, ya que se podrán realizar pruebas en diferentes células humanas dentro de los chips. En el futuro, esto también reducirá los costes y los experimentos realizados con animales”, añade Stucki.
Junto a AlveoliX, muchas otras start-ups apoyadas por Innosuisse y SNSF trabajan para sacar sus productos al mercado. Entre ellas están Dagsmejan, que desarrolla ropa inteligente que pueda mejorar la calidad del sueño, o Rea, start-up que trabaja en la creación de un dispositivo médico para monitorizar la salud de mujeres con riesgo de parto prematuro.