Inversión de valor, de crecimiento o de calidad. En los mercados financieros hay opiniones para todos los gustos pero las cifras de rentabilidad dan la razón a la inversión menos conocida, la quality investing. Te explicamos cómo participar en esta tendencia.
En los mercados financieros, un debate habitual es el que enfrenta a los dos estilos más famosos: el value y el growth, más conocidos como la inversión en valor o la inversión en crecimiento. Las diferencias entre ambos radican en la manera de analizar las compañías en las que se invierte. Sin embargo, aunque en la última década el gran campeón parezca el estilo growth, por la subida de las empresas tecnológicas, hay otro estilo, menos conocido, que se ha postulado al podio: el quality investing, la inversión de calidad.
La gestora de fondos RBC Global Asset Management aporta la siguiente definición: “Las estrategias de inversión en calidad buscan comprar empresas financieramente saludables que tengan ganancias sólidas y balances estables. La calidad se trata de encontrar negocios que sean eficientes con el capital”. Mientras que el gestor de activos internacional BlackRock añade que son compañías “rentables, con bajo apalancamiento y que demuestran ganancias consistentes con el tiempo”.
Dicho esto, es necesario definir al value y al growth para entender las diferencias entre los tres estilos:
- La inversión de valor busca empresas que estén baratas en el mercado con respecto a su valor en libros. Es decir, son empresas que, teniendo en cuenta el análisis financiero, deben capitalizar una determinada cantidad en el mercado y no lo están haciendo. Así, se entiende que la eficiencia de mercado devolverá a la compañía el valor que merece y dejará de cotizar con descuento.
- Por su parte, la inversión de crecimiento se enfoca en que los beneficios de la empresa crezcan con fuerza a lo largo de los años, sin prestarle tanta atención a la valoración que el mercado haga o no del negocio.
- Mientras, la inversión de calidad se centra en que el balance de la compañía sea bueno, que algunas métricas como el ROE (Retorno del capital), la deuda y los beneficios sean atractivos. Es decir, no dan tanto peso a la valoración que el mercado haga de la compañía, ni solamente al crecimiento de los beneficios.
Finalmente, desde MSCI, la compañía financiera estadounidense encargada de crear algunos de los principales índices mundiales, definen esta inversión como aquella que busca empresas con “alto retorno sobre el ROE, crecimiento estable de las ganancias año tras año y bajo apalancamiento financiero”.
Un estilo rentable
El quality investing se ha coronado como el estilo más rentable de los tres en los últimos 20 años, si se toma en cuenta la elaboración de índices realizada por MSCI. La compañía reúne en un mismo selectivo 298 compañías de 23 países que cumplen con los criterios mencionados anteriormente. En conjunto, la rentabilidad anualizada en los últimos diez años es del 13,17 % y desde su lanzamiento en 1994, del 11,88 %.
Por su parte, el MSCI Growth, que se enfoca en las empresas que más crecen en beneficio por acción reúne a más de 675 empresas en el índice y ha logrado un rendimiento anualizado del 12,13 % en 10 años y del 10,37 % desde la creación del índice.
Finalmente, el MSCI Value es el menos rentable de todos y se enfoca en los tres criterios siguientes: valor en libros respecto al precio, precio frente a las ganancias previstas a 12 meses y rendimiento de dividendos. En los últimos diez años, el rendimiento ha sido del 6,9 % anualizado y desde su lanzamiento del 11,33 %.
¿Cómo invertir en quality investing?
Invertir en calidad puede hacerse por medio de tres vías. La primera de ellas es la más compleja, ya que implicaría que el propio inversor tuviera que analizar las compañías en base a los criterios mencionados –ROE, beneficios y apalancamiento– e ir seleccionando los negocios uno por uno.
La segunda vía es mediante fondos de inversión activos cuyos gestores apliquen la filosofía quality a la selección de acciones. Aquí, un equipo de expertos serían los encargados de analizar los negocios en base a los criterios mencionados para componer una cartera de calidad.
Finalmente, la manera más sencilla es la utilización de la gestión pasiva adquiriendo un ETF o fondo indexado que replique el comportamiento del índice MSCI Quality. De esta manera, se invierte en el conjunto de negocios que integran el selectivo mencionado.
50 años creciendo a su lado
Inversión en monopolios y oligopolios
Otro rasgo que suele diferenciar a este estilo de inversión es que, generalmente, sus empresas suelen ser líderes en un sector concreto en el que las fuertes barreras de entrada no dejan que los competidores puedan plantarles cara fácilmente.
En este punto, no hay que olvidar una de las citas más famosas de Warren Buffett, que recoge lo que es la esencia de este estilo: “es mucho mejor comprar una empresa maravillosa a un precio justo que una empresa justa a un precio maravilloso”.