Un rasgo de crecimiento económico es el peso de la economía de servicios, aquella que no produce bienes ni alimentos pero sí servicios para cubrir las necesidades de una clase media pujante. Los expertos sitúan esta economía como una de las principales tendencias de inversión. Las claves son el aumento demográfico, los sistemas sanitarios, las fintech y la tecnología blockchain.
La economía de servicios representa el 55 % del Producto Interior Bruto (PIB) en los países en desarrollo y el 45 % del empleo. O lo que es lo mismo, es el principal motor de crecimiento de los mercados emergentes. En los estados desarrollados su presencia es aún mayor: su peso medio equivale al 75 % del PIB. Esta importante brecha entre economías puede estrecharse en los próximos años gracias a la oportunidad que el sector servicios brinda para los estados en crecimiento, quienes además pueden ver en este negocio una extraordinaria manera de hacer su modelo económico más sofisticado dando paso a un mayor florecimiento y consolidación de la clase media. Además, para los inversores también se puede convertir en una gran oportunidad y tendencia de inversión de futuro.
¿Qué es la economía de servicios?
La economía de servicios es aquella que no produce bienes ni alimentos, sino servicios que satisfacen las necesidades de la población. Se caracteriza por ser mucho más dinámica y tener múltiples variantes y aplicaciones, que permiten crear numerosos modelos de negocio. Por ejemplo, los servicios de atención al cliente, el asesoramiento legal, el turismo o el desarrollo de aplicaciones móviles se engloban dentro de esta categoría. Este pequeño ramillete de ejemplos ya deja entrever las múltiples oportunidades que pueden encontrar los países emergentes si deciden apostar por un modelo económico más sofisticado. Si ampliamos el foco, el sector de los servicios también afecta a la enseñanza, atención a la dependencia, hostelería, ocio y entretenimiento, actividades financieras o transporte y almacenamiento.
Tal y como mencionan en el informe Megatrends Oportunities, publicado por el Grupo Pictec, sociedad de inversión independiente con más de 200 años de experiencia, Sudáfrica puede jugar la baza idiomática para prestar servicios de investigación legal a grandes empresas multinacionales al tener una mano de obra más barata, una población con niveles educativos altos y contar con el inglés como lengua nativa. Además de este ejemplo, también se mencionan las fábricas de robots de software, que consumen una gran cantidad de energía y que son cada vez más necesarias para poder avanzar en esta nueva era digital.
La evolución natural de la economía de servicios
La economía de servicios suele darse con la evolución de la propia sociedad. A lo largo de la historia, la agricultura ha sido la base principal de la economía en países con menores rentas. Cuando estos países han apostado por modernizarse y crecer, la industria va tomando el relevo al campo con mano de obra más barata. Mientras que, el paso final, es el auge del sector servicios, más sofisticado y propio de países más ricos.
Esta evolución natural se aprecia a la perfección en el caso de China y de India. El gigante asiático dejaba, hace 40 años, el 32,57 % de su PIB a la agricultura, el 44,23 % a la industria y el 23,2 % a los servicios. Mientras que, en 2021, la agricultura representaba el 7,3 %; la industria, el 39,4 %; y los servicios, el 53,3 %. En la India, por ejemplo, el sector servicios fue el receptor más grande de flujos de inversión extranjera directa (IED) por valor de más de 105.000 millones de dólares estadounidenses entre abril de 2000 y junio de 2023. Es decir, que gran parte del fulgurante crecimiento de ambos países se lo deben al sector terciario.
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