Cada año que se inicia es una oportunidad para establecer nuevos propósitos. En el mundo de las inversiones no es diferente. Ya sea incrementar su capital a lo largo del tiempo, maximizar rendimientos o generar ingresos recurrentes, el objetivo principal de un inversor se tiene que ajustar a las circunstancias y metas definidas.
A continuación, exponemos los propósitos que debe tener en cuenta un inversor:
Protección de su patrimonio
La inflación, como principal enemigo del inversor al hacer que el dinero pierda valor con el paso del tiempo, debe tenerse en cuenta en cualquier cambio de decisión inversora. Esto significa que a la hora de elegir vehículos o de cambiar posiciones hay que hacerlo identificando aquellos productos financieros capaces de batir la subida de los precios. Es decir, que su rentabilidad real (no nominal) pueda superar este indicador macroeconómico en un prolongado periodo de tiempo.
Visión a largo plazo
Esta visión largoplacista también aplica para protegerse de otro enemigo: la volatilidad. Las correcciones intradía son connaturales a los mercados, molestan al inversor que no tiene una visión a largo plazo. Sin embargo, representan ventanas de oportunidad para comprar acciones de empresas de calidad a buen precio, dando margen para que el mercado vaya reconociendo su verdadero valor, lo que se traduce en futuras potenciales ganancias. Asimismo, el largo plazo tiene el efecto de suavizar esos diarios vaivenes de la cotización.
Por otra parte, cuanto más tiempo se disponga para alcanzar el objetivo de inversión, más agresivo se podrá ser en las estrategias y, por tanto, obtener mayores posibilidades de generar retornos.
Diversificación
La diversificación de la cartera no solo es importante en términos de activos (renta variable, renta fija, por ejemplo) y, dentro de estos, repartida entre diferentes empresas (tanto en distintos sectores como en distintas áreas geográficas) y entre deuda de gobiernos o corporativa, crédito financiero o no financiero, periféricos o core.
Este tercer propósito de inversión para 2024 también es clave para repartir las entradas en el mercado. Al invertir periódicamente se diversifican las adquisiciones de activos, lo que permite comprar a diferentes precios, caro y barato. Nuevamente, esta estrategia aporta mayor potencial de revalorización a largo plazo y minimiza el impacto de la volatilidad de los mercados bursátiles.
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