Inversiones ESG, un mercado que ya asciende a 2,5 billones de dólares

La inversión sostenible es una alternativa que permite a los inversores ganar dinero y luchar contra el cambio climático y las desigualdades sociales. A cierre de 2022, el mercado de las inversiones con criterios ESG (Ambiental, Social y de Gobernanza) ascendió a 2,5 billones de dólares. Y sigue creciendo.

¿Te imaginas rentabilizar tus inversiones mientras ayudas a mejorar el planeta? Ese es el objetivo de la inversión sostenible, más conocida como inversión ESG. Unas siglas que hacen referencia a Environment, Social and Governance (Ambiental, Social y de Gobernanza). Esta manera de invertir no ha parado de crecer gracias a sus objetivos y buena rentabilidad. Te contamos todo lo que necesitas saber sobre este mercado que ya asciende a 2,5 billones (trillions americanos) de dólares.
 
La inversión ESG considera aspectos ambientales, sociales y de gobernanza al seleccionar activos financieros, marcando un cambio. Los inversores, principalmente institucionales, eligen empresas que reducen su huella de carbono, fomentan la integración social o promueven la equidad de género. Esto puede implicar la exclusión de industrias como armamentísticas o tabacaleras. 
 
El objetivo mundial de lograr cero emisiones de carbono para 2050 necesita una inversión masiva: se estiman 9,2 billones de dólares anuales, según la consultora McKinsey. La inversión ESG busca atraer capital privado para financiar esta transición hacia la sostenibilidad y cumplir los objetivos climáticos, tanto en Europa como en países emergentes.

Una inversión que no para de crecer

La inversión bajo estos criterios sostenibles es difícil de analizar a nivel mundial debido a la falta de regulación en la mayor parte de los territorios. Pese a ello, según calcula Morningstar, empresas de servicios financieros, a finales de diciembre de 2022, los activos globales en fondos sostenibles alcanzaron los 2,5 billones (trillions) de dólares. Hasta finales del segundo trimestre del 2023, las entradas de capital a este estilo de inversión aumentaron en 18.000 millones de dólares a nivel mundial.
 
Otro dato relevante es el que destaca Bank Of America al señalar que, hasta febrero de 2023, la inversión en fondos de deuda con criterios ambientales, sociales y de gobernanza ha alcanzado los 244.000 millones de dólares, marcando un récord histórico. Un dato especialmente interesante ya que se trata del mercado de renta fija más conservador y reticente a los cambios.

¿Es rentable este estilo de inversión?

Se puede pensar que invertir en sostenibilidad no es rentable. Nada más lejos de la realidad. En términos de rendimiento, los fondos de renta variable ESG lograron un retorno promedio bruto (antes de comisiones) del 3,3 %, en contraste con el 0,8 % de los fondos convencionales comparables enero de 2019 y diciembre de 2021, según la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, en sus siglas en inglés). En EE. UU., el JULCD, índice de JUST Capital de mercado que sigue el rendimiento de empresas públicas grandes con alta puntuación ESG, batió al índice bursátil Russell 1000 en 2017, 2018 y 2019.
 
Finalmente, según la Barcelona School of Management, más de la mitad de los estudios indican que las empresas que invierten en ESG experimentan una mejora en la rentabilidad al reducir riesgos e incrementar el valor de inversión gracias a una gestión responsable. Otros estudios, sin embargo, no muestran una relación clara ni positiva entre la inversión en ESG y la rentabilidad. 

Megatendencias sostenibles, ¿hacia dónde va el dinero verde?

La inversión sostenible encierra dentro de ella numerosas tendencias, algunas más relevantes que otras. Sin duda, la primera de ellas, tal y como señalan diferentes casas gestoras –Abrdn, Capital Group o Natixis–, tiene que ver con la energía. Ya no solo en la potenciación de energías renovables, sino también en la necesidad de los países europeos para garantizar una mayor independencia energética. De hecho, en este punto se encuentran oportunidades de inversión en eficiencia energética –empresas que consigan más con menos consumo–, nuevas fuentes como el hidrógeno, el almacenamiento energético e, incluso, la energía nuclear.
 
 Si la energía es la tendencia más evidente y conocida, hay otras igualmente importantes. Destaca la biodiversidad, como señala la gestora AXA IM. Aunque suene etéreo, dentro de la misma se encuentran oportunidades en empresas enfocadas en la recogida de plásticos del océano para su reciclaje, en una gestión del agua más eficaz o incluso en empresas que proponen soluciones para captar  CO2 y reutilizarlo como fuente de energía.
 
En lo social merece atención la diversidad. Informes de Credit Suisse, Exane y Morgan Stanley encuentran una correlación positiva entre la diversidad de empleados y el rendimiento de las acciones de la empresa. Estudios de McKinsey y BCG también demuestran que equipos directivos diversos tienen más probabilidades de tener un desempeño superior en rentabilidad y creación de valor. Por eso, las gestoras buscan compañías que tengan un plan de diversidad y cumplan con determinados estándares.
 
Con todo ello, nos encontramos ante un nuevo mercado –o filosofía de inversión– en crecimiento y que presenta grandes oportunidades para los inversores, tanto en términos de rentabilidad como en valores. 

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Una apuesta para el inversor minorista

 Los ETF (fondos cotizados en bolsa) se han convertido en una de las opciones de inversión preferidas por parte de los inversores minoristas. Son más baratos que los fondos y permiten diversificar la cartera de una manera sencilla. Por eso, los fondos ETF con criterios ESG también se han abierto paso en el mercado superando los 249.000 millones de euros bajo gestión a principios de 2023 en Europa. De hecho, en los últimos cinco años, los flujos hacia estrategias ESG aumentaron un 40 % anualmente. En Europa, en 2022, el 65 % de los flujos netos de ETF se destinaron a modalidades ESG.

Comparación del efecto de los índices S&P 500 ESG y S&P 500

Gráfico - Comparación del efecto de los índices S&P 500 ESG y S&P 500
Fuente: Statista - S&P Global
Fuente: Statista - S&P Global