Nutre tu cartera invirtiendo en veganismo y otras tendencias alimentarias

Cada vez hay más fondos de inversión dedicados al negocio de la nutrición saludable, el veganismo y otras tendencias basadas en las plantas. El cambio en los hábitos alimentarios, en un contexto de cambio climático, está animando un sector que en 2030 generará más de 150.000 millones de euros.

Comer ha dejado de ser simplemente una necesidad para pasar a convertirse en una declaración de principios. Cada vez son más los consumidores que reclaman una nutrición consciente y elegir cómo alimentarse y, sobre todo, qué no comer. Las previsiones dibujan un planeta para el año 2050 donde la población mundial alcanzará los 10.000 millones de personas, y que de aquí a 2030 ingresarán 3.000 millones en la clase media, lo que hará que la demanda de alimentos aumente un 60 %, según las cifras que maneja el sector. Eso sin contar con el gran reto de Naciones Unidas: hambre cero y seguridad alimentaria.
 
Esta tendencia no ha pasado desapercibida para los inversores, que llevan tiempo posicionándose en empresas que se beneficiarán de la evolución de las preferencias de los consumidores en materia de nutrición y alimentación, por ejemplo, hacia el veganismo o el consumo de proteínas para deportistas.
Algunas fuentes cifran en 600 millones las personas que se consideran actualmente veganas en el planeta, con países como India donde el 35 % de sus habitantes consumen solo productos de origen vegetal, o Israel, donde ya alcanza el 13 %. De hecho, la empresa de asesoría financiera Bloomberg asegura en un informe que en los próximos diez años la comercialización de productos veganos –el denominado negocio plant-based (con base vegetal)– multiplicará por cinco sus ventas y en diez años los negocios y empresas dedicados al veganismo pasaran de generar 27.000 millones de euros en 2020 a 150.000 millones en 2030, es decir, un 250 % más.
 
Si queremos invertir para beneficiarnos de esa tendencia mientras ayudamos al planeta, podemos hacerlo de varias maneras: 
 
  • Bolsa. La más sencilla y directa sería comprar acciones de compañías centradas en determinado tipo de alimentos. Aquí las opciones son innumerables ya que además de empresas dedicadas 100 % a estas tendencias de alimentación, las grandes multinacionales del sector han lanzado sus propias marcas de productos veganos o para deportistas, además de potenciar las gamas de vegetales o proteínas alternativas.

 

Además, el abastecimiento de productos va mucho más allá de los alimentos y, por ejemplo, la cosmética vegana tiene también cada vez más éxito, y en el sector textil se persigue la eliminación del cuero o la utilización de fibras vegetales.
 
  • Empresas no cotizadas. Otra opción es invertir en empresas no cotizadas a través de vehículos de capital riesgo o inversión alternativa, que nos pueden ofrecer exposición a compañías privadas. Es una posibilidad para valorar ya que en el sector hay muchas empresas muy pequeñas que precisamente por su reducido tamaño o porque todavía están dando sus primeros pasos no están en bolsa.
  • Fondos de inversión. También resulta interesante por la gestión profesionalizada que presentan estos vehículos, de forma que son los equipos gestores los encargados de estudiar las compañías más interesantes y el momento adecuado para invertir y desinvertir. 

Valor del mercado mundial de alimentos de origen vegetal de 2020 a 2030 (en miles de millones de dólares estadounidenses).

Gráfico del valor del mercado mundial de alimentos de origen vegetal de 2020 a 2030

Lo mejor de los dos mundos

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De hecho, muchas de las grandes gestoras internacionales ofrecen dentro de su gama de productos fondos temáticos centrados en alimentación. Además, en muchas ocasiones incluyen criterios ESG en el proceso de selección de activos. Nos referimos a aspectos sociales y relacionados con la sostenibilidad del planeta. No hay que olvidar que a medida que el mundo se vuelve más poblado y próspero, aumentan las presiones sobre el cambio climático y la escasez de recursos.
 
  • Materias primas. Otra posibilidad, para la que se requieren conocimientos financieros o estar asesorado, es operar en las materias primas agrícolas en las que se basan las dietas veganas y de productos vegetales. La idea es aprovechar que al mismo tiempo que reducimos el consumo de carne, aumenta el de productos vegetales, de forma que la demanda de productos agrícolas habituales debería incrementarse.

 

Aquí la forma de posicionarse es utilizar un ETF, que son fondos cotizados que replican en la cesta de inversión índices relacionados con el sector que más nos interese.