Métricas para decidir si invertir en una startup o quitárnoslo de la cabeza

La incertidumbre sobre la evolución de la economía mundial está afectando, como a otros sectores, a las empresas emergentes. De hecho, según datos del fondo de inversión especializado Atomico, la financiación de startups se ha reducido, ya que los inversores se están mostrando más precavidos que nunca. En concreto, la financiación mundial cayó en 2022 un 35 % en comparación con el año anterior.

Los flujos de los inversores están en retroceso. Y uno de los motivos puede ser que solo 1 de cada 10 empresas emergentes sobrevive, mientras que las otras 9 fracasarán durante los primeros años de funcionamiento, la mayoría (6 de cada 10) por haber creado productos y servicios que no necesita el mercado. Sin embargo, no en todos los países el porcentaje de fracaso es tan elevado. En Suiza, por ejemplo, el 35 % de las startups consigue salir adelante.

Las startups que sobreviven tardan una media de 2-3 años en obtener beneficios y casi el doble de tiempo en llegar a salir a Bolsa. Según Statista, 5,3 años en el caso de las estadounidenses. EE. UU. es precisamente el país con más empresas emergentes, más de 72.500, seguida de India (casi 14.000) y Reino Unido (6.300). En el caso de Suiza, tal y como reconoce el radar suizo de las startups, están operativas más de 3.000 empresas emergentes.

Según IEBS (Escuela de Negocios de la Innovación y los Emprendedores), los principales sectores por los que apostarán las empresas emergentes son las energías renovables, la movilidad, la IA aplicada, el foodtech, la tecnología vinculada a la Web 3.0 o la bioingeniería.

Para apoyar a este tipo de empresas en rondas de financiación, los expertos reclaman que las métricas y las evidencias sustituyan a la inversión basada en la fe o la intuición. No existe una fórmula infalible para calibrar la evolución y potencial de éxito de una empresa con base tecnológica. Sin embargo, si la startup ya está en marcha, sí hay algunos indicadores que nos puede hacer entender, de manera fácil, si crecerá con el tiempo y cuánto.

• La primera de esas métricas es la información financiera de la compañía. Conocer su nivel de facturación y estructura de ingresos y gastos, así como si ha obtenido beneficios o sigue en pérdidas, nos dará una buena radiografía del estado de la empresa. 
• Es necesario disponer de información sobre las rondas de financiación para saber cuánto dinero lleva recaudada la empresa y en qué fase se encuentra. Te dará pistas sobre su capacidad para levantar dinero y qué necesidades habrá en el futuro. 
• En este sentido, también es importante a la hora de valorar la inversión saber a qué velocidad gasta los fondos que consigue. A este indicador se le llama burn rate y se suele medir mensualmente. Cuanto más bajo sea, más eficiente se considera el uso de la financiación que ha logrado.
• En cuanto a los clientes o usuarios, no solo es clave cuantificar su número –es fácil mediante los datos de registro o descargas de una app–, sino también su grado de actividad y retención. Es decir, se debe comprobar que esos clientes usan el producto, de qué manera y con qué asiduidad. 
• Pero aquí la métrica realmente importante es la capacidad de monetizar el producto, es decir, transformar la atracción y retención de usuarios en ingresos, fin último de un negocio. 
• Además, los expertos recomiendan tener en cuenta el coste de adquisición de cliente, una métrica interesante para poder ver si evoluciona a la baja o si es superior al coste en otras empresas o sectores.
• En el caso de una empresa con un modelo de ventas de productos o servicios, es esencial conocer el margen económico que se persigue. Con eso nos referimos a la diferencia entre el precio medio de venta de un bien y el coste para la empresa de generarlo. 
• Y, por último, estudia la manera en la que se recupera el dinero y en qué medida ya otros inversores lo han hecho. No es lo mismo tener que esperar a obtener un dividendo o que sea posible desinvertir.

Las métricas comentadas cobrarán importancia a medida que el proyecto crezca, pero si la empresa está aún en fase semilla y sin operar, no tendremos datos sobre muchos de esos indicadores. 

En ese caso tendremos que basarnos en cuestiones más subjetivas que se han de tener en cuenta siempre antes de decidir una inversión. Por ejemplo, qué emprendedores están detrás del proyecto, cuál es el plan de negocio, analizar el producto en el que se basa la idea de emprendimiento y las características del mercado al que se dirige.