Las inversiones en arte se revalorizaron un 8 % en 2023 y un 105 % en los últimos 10 años. Se pueden usar como garantía para obtener un crédito y, a través de la tokenización, su acceso se ha democratizado.
De todas las posibilidades de inversión en bienes de lujo, el arte es hoy en día una de las más rentables. Según The Wealth Report 2024, de la consultora Knight Frank, el precio de las obras de arte en 2023 se elevó un 11%, mientras que el de las joyas subió un 8% y el de los relojes, un 5%. Otros artículos de lujo bajaron de precio, como los coches, que cayeron un 6 %. Si se mira más a largo plazo, el arte ha tenido un crecimiento del 105% en los últimos 10 años.
Existen dos tipos de mercados en el sector del arte. Uno es el primario, en el que los propios artistas o galerías venden sus obras. Pero también se puede invertir a través del mercado secundario, el de las compraventas entre coleccionistas, en las que el valor se eleva.
A la hora de elegir en qué tipo de artistas invertir, hay que tener en cuenta cuánto riesgo se puede asumir. Recurrir a artistas consagrados puede ser más seguro, pero requiere un capital mayor. Apostar por creadores emergentes es más arriesgado, al tiempo que puede generar mayores beneficios si acaban desarrollando una buena carrera.
El perfil del comprador se ha diversificado en los últimos años. Cada vez hay más coleccionistas jóvenes. A veces, si una persona no tiene ahorros suficientes para invertir, una solución es asociarse entre varios para adquirir una obra que venden unos años después.
El arte como solución para obtener crédito
Las obras de arte también son un activo útil para respaldar préstamos. Pueden servir como vía de financiación para los propios artistas, que consiguen recursos al poner sus propias obras como garantía sin tener que venderlas directamente. Y también para quienes coleccionan estos bienes, puesto que los pueden usar como aval si necesitan lograr liquidez. De hecho, hay compañías financieras especializadas en este tipo de negocio.
A veces, los coleccionistas no necesitan dinero en metálico para adquirir nuevas piezas. Las permutas sobre obra de arte permiten intercambiar una por otra, de manera que renuncian a una obra para obtener otra que encaje mejor en su colección, quizá por la necesidad de renovarla o diversificarla. La principal dificultad en estos casos está en acordar el valor de las piezas intercambiadas para lograr una permuta equilibrada.
El valor de mercado de una obra de arte depende de factores muy variados. Entre ellos están la notoriedad del creador o la rareza de la pieza, pero también su estado de conservación o el historial de manos por las que ha pasado su propiedad. También hay factores externos que influyen en el precio, como la situación económica general o las tendencias del mercado en el momento de la transacción.
Tener una obra sin poder tocarla
Hay algo que está cambiando mucho la manera de acceder al arte en los últimos años: la tokenización. Se trata de convertir los derechos de una obra en tókenes digitales, lo que da pie a fraccionar la propiedad para su compraventa en el mercado digital. De esta manera, piezas de grandes artistas, a las que hasta hace poco solo podían acceder coleccionistas de muy alto nivel, se dividen en tókenes cuyo importe es más asequible para el público general.
Por ejemplo, una empresa compró recientemente una obra de Andy Warhol, la tokenizó y la dividió en 10.000 acciones que se pueden adquirir a través de NFT. Salieron a la venta a 55 dólares la acción. Esto, por tanto, permite un acceso más generalizado a obras de gran valor, aunque se deben estudiar los riesgos de un mercado digital todavía incipiente, como su volatilidad o los posibles robos a través de hackeos.