Tendencias tecnológicas 2024, ¿dónde están mis gafas de realidad virtual?

Otras gafas de realidad virtual y una inteligencia artificial sin límites. Puede parecer que 2024 se centrará en estas dos tendencias tecnológicas, pero es casi seguro que ni tecnooptimistas ni tecnoescépticos acertarán completamente. Quedémonos con mejorar los chips o el precio de la energía, el despliegue de la fotovoltaica compartida o la rapidez de las telecomunicaciones.

Las gafas de realidad virtual de Apple (Vision Pro) prometían a finales de 2023 convertirse en tendencia en 2024. Lo han conseguido, pero gracias a una enorme tasa de devoluciones. Le pasó a Sega en 1991 con las Sega VR; a Sony en 1997 con las Glasstron; a Google en 2012 con las Google Glass; a Facebook en 2014 con las Oculus; a Play Station, a Valve, a HTC… Para responder a la pregunta sobre cuáles son las tendencias tecnológicas de 2024, primero hay que contestar otra: “¿Dónde están mis gafas para poder estar al mismo tiempo en otro mundo y también en este?”. Así podríamos entender mejor el tecno optimismo.

Las tendencias tecnológicas son a largo plazo

El concepto moderno de tendencia nos hace mirar hacia el futuro, sin valorar la trayectoria previa de la tecnología y poniendo siempre el foco en lo que vendrá o lo que no se ha conseguido. ¿Qué hay de lo que ya hemos logrado? ¿Qué hay de los hitos que ya forman parte de la curva de la tendencia que ha sido materializada? Existen grandísimos avances que damos por sentado tan pronto como ocurren. La energía eléctrica se aproxima a los seis nueves, funcionando sin cortes el 99,9999 % del tiempo; el 5G es rapidísimo y podemos bajar de todo en segundos; la computación en la nube existe. 

Proyección del gasto mundial en tecnologías de la información 2012-2024, por segmentos

Fuente: Gartner
Fuente: Gartner
Sin ir más lejos, la pantalla en la que probablemente se muestra esta información, el LED emisor de luz, tiene una eficiencia de más del 50 %, mientras que una vela apenas convertía el 0,01 % de su energía química en luz.
 
También la producción de energía ha cambiado de forma sustancial. El satélite Vanguard I, lanzado en 1958, desplegó en órbita un panel con 0,1 Wp. Hoy, cualquier vivienda con fotovoltaica genera cerca de 2 a 4 kWp, un salto de cinco ceros. La tecnología también ha permitido que los precios caigan en picado: en 1975 fabricar un panel de 1 W costaba 100 dólares, en 2022 era de 0,26 dólares.
 
El resto de tecnologías han avanzado de forma notable en las últimas décadas: de 9.200 millones de dólares el terabyte en 1956 (no es una errata) a los 14,30 dólares actuales; el coste de la secuenciación del ADN ha pasado de 10 millones de dólares en 2001 a menos de 0,01 dólares en 2022; y la velocidad de descarga en redes móviles pasó de 40 kbps con 2G en los 90 a más de 20 Gbps con el 5G, esto recientemente.
 
Las personas integramos tan rápido las tendencias tecnológicas en nuestra vida que con frecuencia minusvaloramos los hitos alcanzados hasta la fecha. Aunque existen algunos que se nos siguen resistiendo, como ocurre con las gafas VR, AR, MR, XR, para las que siguen saliendo siglas que no terminan de materializarse.

¿Dónde están mis gafas de realidad virtual?

En muchos casos, las empresas prometen algo que saben poco probable, como un sistema capaz de transmitir información tan cerca del ojo sin sobreestimular el nervio óptico de modo que terminemos por quitarnos el casco, la funda o las gafas. El motivo por el que Apple no acertó con su Vision Pro en 2024 (3.500 dólares estadounidenses por marearte) no es nuevo. Quienes devuelven el producto en masa se quejan exactamente de lo mismo que el resto de gadgets previos: la experiencia es mala porque marean. Además, aíslan de la sociedad y dejan marca tras pocos minutos de uso. Las gafas VR existen, pero nadie quiere usarlas.

No tendremos coche autónomo, ¡pero tenemos loros digitales!

Llegó el 5G y el coche autónomo no terminó de arrancar. Pero a cambio tenemos sistemas de generación de texto, imágenes, música y vídeo que nadie parecía haber pedido y ahora son ubicuos. Loros estocásticos, máquinas que producen sin entender lo que están haciendo.
 
En 2020 los sistemas de tipo GPT apenas existían. En 2024 son ubicuos y están en todos los navegadores. De hecho, ya es posible hacer vídeos y es obvio que habrá debates en los próximos años.

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Tendencias tecnológicas 2024, tal y como se espera que sean

En 2024 quizá haya grandes avances en algún campo pero, si esto es cierto, contamos con que el grueso de la sociedad se enterará solo cuando ese mercado crezca de golpe, rara vez con antelación. La verdadera tendencia predecible es que solo quienes investigan en la punta de lanza parecen saber lo que triunfará.
 
En otras palabras, no podremos adelantarnos a los cisnes negros, fenómenos emergentes impredecibles. Sí se pueden señalar avances que sin duda tendrán lugar a lo largo de 2024, aunque en una sociedad saturada de información sepan a poco:
  • Las redes de telecomunicaciones serán un poco más rápidas.
  • Mejorará la seguridad de conducción para los ocupantes.
  • Las viviendas tendrán un ligero aumento en su eficiencia.
  • Los chips irán más rápidos que antes.
  • El precio de la energía renovable bajará un poquito. 
  • Se desplegará más fotovoltaica compartida.
  • La inteligencia artificial hará cosas nuevas que no entenderemos.