Blockchain, una herramienta para financiar y conservar áreas protegidas

Como sistema de medición, para ayudar a la compensación de carbono o para captar fondos que contribuyan a frenar la crisis climática. La tecnologíablockchain comienza a ser un instrumento útil para preservar la biodiversidad. La transparencia a la hora de salvaguardar la naturaleza siempre es beneficiosa.

Desde el año 1500 se ha extinguido entre el 7,5 % y el 13 % de toda la vida del planeta, más de 150.000 especies de las 2 millones que conocemos. La conservación de la biodiversidad se ha convertido en un imperativo en este primer tercio del siglo XXI donde mitigar la emergencia climática es ya una prioridad. ¿Puede la tecnología blockchain ayudarnos a preservar la naturaleza antes de romper los límites planetarios establecidos por los científicos?
 
El primer uso de la cadena de bloques para proteger la biodiversidad es que sirva como sistema contable, de forma no muy distinta a como ya se mide el carbono atmosférico, la escasez de agua o el coste de limpiar de nitratos un campo de cultivo. “La transparencia, la implicación y la responsabilidad son importantes para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, señala el Foro Económico Mundial al proponer blockchain como modelo para ayudar a cumplir las metas suscritas por 193 estados miembros de Naciones Unidas.
 
Cuando un kilo de azúcar vale tantos euros en el mercado, resulta sencillo realizar una valoración aproximada del coste que supondría la pérdida de un bosque de bambú. Pero ¿cómo se valora un manglar y sus servicios como rompeolas o plataforma para absorber el impacto de huracanes? ¿Cuánto vale una abeja que no da miel? ¿Cuántos euros vale una mariposa monarca, cuya población se ha reducido en un 90 % en dos décadas?

Otra forma de medir

Un reciente análisis de más de 50.000 publicaciones científicas, documentos sobre política y fuentes de conocimiento indígena han confirmado que el sistema de evaluación o valorización del ecosistema está distorsionado. Cuando lo medimos en unidades monetarias o valores materiales (commodities), es imposible cumplir los objetivos de biodiversidad. Necesitamos otro modo de medir, otra escala y otra tecnología.
 
A finales de la década pasada, el CommBank australiano (banco de la mancomunidad) presentó una idea interesante: un nuevo mercado que persigue la protección y preservación de la naturaleza. La idea es sencilla: otorgar biotókenes a quienes preservan un área, canjeables por dinero en el mercado.
 
Hasta la fecha, el Pago por Servicios Ambientales (PSA) ha sido un éxito en toda Europa, parte de China, la barrera verde africana, etc. Por ejemplo, estos incentivos a agricultores o propietarios de tierras han logrado que en Costa Rica se restauren selvas tropicales. Y en Brasil saldría más barato mantener el 80 % de la Amazonia dentro de áreas de conservación –entre 1.700 y 2.800 millones de dólares– que los costes que suponen para la población su tala. 
 
En Namibia, el proyecto de WWF Wildlife Credits crea un incentivo directo para mantener la vida silvestre en tierras comunales que reciben pagos por dejarlas como están, literalmente. El pago está supeditado a rendimientos medibles y objetivos, como puede ser el avistamiento de tal o cual especie, por lo que existen mecanismos de control.
 
En 2021, en Sudáfrica, se llevó a cabo una subasta interesante. Un cuerno de rinoceronte fue vendido por unos 6.800 dólares. Sin embargo, las buenas noticias están en los detalles y en el cómo: el cuerno de rinoceronte vendido es una réplica virtual del original, que perteneció a un rinoceronte ya fallecido y que está fuertemente custodiado, y el pago fue transferido a la Reserva Privada de Rinocerontes de Black Rock.
 
En 2019 ya había bonos de rinocerontes, pero ahora, con la utilización de blockchain tecnología NFT (tókenes no fungibles), este tipo de campañas proteccionistas son absolutamente trazables. Si el actual dueño del NFT del cuerno decidiera venderlo en el futuro, la reserva recibiría una fracción de la transacción. La especulación al servicio de la protección ambiental.

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Compensación de carbono con blockchain

La compensación de carbono aún puede ser una herramienta para la restauración de ecosistemas, principalmente bosques o selvas. De hecho, la iniciativa REDD+ (Reducción de las emisiones de la deforestación) trabaja desde hace tiempo analizando el uso de blockchain en el camino hacia las emisiones cero netas.
 
Otros proyectos, como Bitcoin Zero, fusionan un token de BTC con 10 tókenes de UPC02 (cada uno de estos representa la retirada de una tonelada de carbono) en la venta de una unidad de BTC0. Es un modelo complejo pero interesante.

Location, location, location: mejorar la trazabilidad

Otro proyecto interesante con blockchain que involucra la conservación de las áreas protegidas y el empleo local de un país en desarrollo es del té de bajo carbón de Kenia, sintetizado como GLI-TEA. La idea es preservar las áreas protegidas de Kenia al mejorar la trazabilidad del té, de forma que sea posible determinar qué té no fue cultivado dentro de un ecosistema protegido.
Otro similar, pero en áreas marinas, es Lota Digital, que aunque tenía por objetivo principal vender directamente el pescado al comprador final, ha resultado interesante a la hora de trazar el origen del producto y, por tanto, de evitar zonas con sobrepesca.
 
La tecnología blockchain va a jugar también su papel en la preservación de la biodiversidad o la captación de fondos y financiación de asociaciones y gobiernos que persigan como objetivo la salvaguarda de la naturaleza. Ya sea como libro de cuentas, como forma de hacer cumplir contratos o como medio para la compraventa de materias primas que hagan más caro contaminar, esta tecnología ayudará de forma notable a legar el planeta tal y como nos lo encontramos.