En el mercado de las criptomonedas hay cambios bruscos y repentinos. Lo lógico es que cuantas más personas quieran hacerse con ellas, más subirá su precio. Y viceversa. Pero no todo es tan sencillo: reputación, confianza, uso y capacidad de adaptación también cuentan.
En el dinero fiduciario —el regulado por los bancos centrales y llamado fiat—, uno de sus reconocimientos deriva de la confianza que la sociedad otorga a los mecanismos de regulación como los bancos centrales. Pero en criptoactivos descentralizados, como lo es el Bitcoin (BTC), existen otras formas de otorgar valor percibido, A continuación analizamos algunos de estos factores:
Escasez y binomio oferta-demanda.
Cuando un bien escasea y es demandado, su valor es percibido como más elevado. Es el clásico ejemplo de los metales preciosos como el oro, considerado valor refugio. La competencia directa también influye.
El Bitcoin es un bien escaso por definición, dado que habrá un máximo de 21 millones de tókenes divisibles en circulación. En la actualidad, la cifra de monedas circulantes supera los 19 millones. La escasez es sin duda uno de sus puntos fuertes ante el futuro. Como ocurre con cualquier otro tipo de activo, su precio bajará o subirá dependiendo de la demanda.
En el mercado de las criptomonedas han surgido más monedas alternativas (altcoins), que provocan un reparto en las inversiones. Esta competencia también puede influir en la contención de precios.
La reputación del activo a valorar.
Todos los activos cuentan con cierta reputación asociada a la percepción social del mismo. Por ejemplo, el activo “barril de petróleo” se ve influenciado por el conocimiento sobre la crisis climática. En criptomonedas, el uso del activo suele aportar esa reputación.
El Bitcoin ha pasado por diferentes fases reputacionales, de activo sin valor a pelotazo, luego se puso el foco en el impacto de su tecnología y, ahora que está en proceso de regulación, parece que tenderá a la estabilidad.
Los efectos de red de los criptoactivos. Las redes grandes tienen más valor que las pequeñas, dice la Ley de Metcalfe, y con criptoactivos soportados sobre una tecnología blockchain, esta forma de valorar el activo funciona muy bien. Los dos factores que siguen están altamente relacionados con esto.
Casi todas las personas que tienen criptomonedas tienen BTC, que a su vez es de las redes que más volumen mueven. Según modelos matemáticos como el de Chun Wei y You, su expectativa de valor es elevada.
Adaptabilidad del token y uso en aplicaciones descentralizadas.
Cuanto más versátil es un activo, más vale. Esto se ve claramente en el uso de aplicaciones descentralizadas de la red de Ethereum, en la que el token se usa para multitud de entornos.
A diferencia de ETH, Bitcoin no tiene una elevada adaptabilidad y no se construyen aplicaciones sobre su red. En este punto, el valor relativo respecto a ETH es algo más pobre.
- Personas con tenencia de ese token.
De la misma manera, cuanta más gente usa un activo, más estable es. En parte, porque hay más intercambios y según la Teoría clásica cuantitativa del dinero, más velocidad de movimiento implica más valor. Pero también porque hay cierto valor social compartido que aporta estabilidad, lo que Yuval Noah Harari llama “ficción compartida”.
El Bitcoin es sin duda la moneda con más tenencia y la más admitida para el pago. Además, su valor de mercado es más del doble que Ethereum (ETH), la siguiente moneda más común.
¿Se puede hacer una comparación con la economía digital?
Cuando el mundo dio el salto de la economía analógica a la digital, se creó una cantidad enorme de valor que antes no existía. El valor emergió de un cambio sistémico a todos los niveles. ¿Es posible que las redes blockchain hagan de soporte de un nuevo crecimiento, como ya lo hiciese la digitalización? Es sin duda una posibilidad. El Bitcoin tiene una serie de propiedades únicas y muy interesantes de cara a convertirse en una futura reserva de valor global, con propiedades similares a las del oro, aunque mejoradas:
- Para empezar, como criptomoneda ofrece una alternativa basada en la economía digital, donde el valor se crea y se transfiere de forma directa, sin intermediarios ni restricciones.
- Además, el bitcoin es divisible, portable y fungible, lo que lo convierte en un medio de intercambio eficiente y universal.
- Por último, y probablemente lo más relevante, la reserva mundial de bitcoins siempre tendrá un límite de tókenes (21 millones de unidades).